Blog

Qué hacer cuando el hogar no está donde está el corazón

Brooke en Irlanda

Es difícil para mí admitir esto ante mí mismo, y mucho menos para mi familia, amigos y todo Internet, pero nunca he sido de los que doblegan la verdad y puedo decir de todo corazón que para mí, el hogar no es donde está el corazón.

Crecí en un pueblo pequeño, pero no te aburriré con esa historia aquí, porque la he contado con mayor detalle aquí.

Durante años de mi juventud, años largos y tediosos, nunca me sentí como si perteneciera. Tuve un gran grupo de amigos, increíble más allá de una familia increíble como mi sistema de apoyo, un buen trabajo, una buena educación, comida en la mesa… entiendes la idea.

Pero nunca me sentí como si perteneciera. Ya sea en un grupo de amigos o en un recital de baile, siempre me sentiría un poco al margen del grupo, como si nunca fuera la chica al frente y al centro con todos los ojos puestos en ella; independientemente, nunca pretendí serlo. esa chica de todos modos … ya había muchos de ellos haciendo un buen trabajo.

Nunca estuve sin nada, pero siempre faltaba algo.

Irlanda

Me enamoré de los viajes desde que era joven, cuando viajé al extranjero como parte de un coro de niños para cantar en el estreno de una película, lo sé, bastante genial a la edad de trece años.

Pero esta fue una espada de dos puntas, ya que no solo me dio la oportunidad de ver el mundo por primera vez, sino que también me abrió los ojos a un mundo más allá del que conocía en Australia. Simplemente, me obsesioné.

Estaba obsesionado con lo desconocido y con descubrirlo: quería ir de aventuras, explorar, ver el mundo, absorberlo como una esponja y volver a mi pequeño pueblo en una isla de Australia y compartirlo con todos y con cualquiera que escucharía.

Pero después de un tiempo dejé de querer volver a casa. Quería seguir adelante: ver más, hacer más, siendo más.

Entonces, ¿qué diría que debería hacer cuando su hogar no está donde está su corazón?

Irlanda

VAMOS.

Da el paso y lánzate a la vida de cabeza. Gaste todos sus ahorros sin temor a arruinarse. Deje su trabajo sin el temor de que no esté allí cuando regrese. Viva su vida sin miedo a las repercusiones de sus acciones y con sigue a tu corazón. Después de todo, ¿qué tienes que perder? Claro, podrías disparar con respuestas a esta pregunta. Esta bien. Si tienes excusas, no te quejes de no poder viajar. Si realmente quieres ir, puedes hacerlo. Si está buscando una señal, esta es.

No estás solo. No estoy solo. No todos queremos jugar el juego de la vida y solo liberarnos 4 semanas al año cuando nos vamos de “vacaciones”. Y recuerda: ¿qué tienes que perder?

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba
Cerrar
Cerrar